Siempre estaré vivo, y siempre estuve muerto
“Al
final de este día queda lo que quedó de ayer y quedará de mañana: el ansía
insaciable e innúmera de ser siempre el mismo y otro.”
Fernando Pessoa
A cada paso el camino se desvanece bajo mis pies; pero en lugar de
adentrarse en el olvido, reaparece ante mis ojos… siempre más lejos. Al
esfuerzo de cada paso y la efímera alegría de avanzar, le siguen innumerables
horas de la más absoluta nada, el tedio de un mecánico andar por parajes de
sobra conocidos (algunos los construí desde la inconsciencia… otros los imaginé
y surgieron ante mí… y los más, lugares comunes para todos los hombres), y la
tenue esperanza de recuperar la ESPERANZA.
Una vez recorrida la distancia de nuevo, vuelta a empezar. Y la semejanza más
cruel es que cada vez parece diferente. Por eso a veces es imposible no
preguntarse: ¿Cuántos pasos van ya, cientos o ninguno?
Cientos, y ninguno. Si fuera matemático diría que camino en círculos… si fuera físico culparía a los engaños de la cuántica… si fuera poeta podría admirar y sufrir la belleza de la ironía que me acompaña… pero como soy yo, simplemente seguiré andando: Un pie, y luego el otro, y de nuevo el primero, y otra vez el anterior; esquivar un par de zancadillas, soltar alguna patada, e intentar hacerlo sin perder el ritmo marcial que marca la música de mi cabeza.
El arte está en conciliar el ilusorio artificio del experimento social en el que soy con vosotros, o con otros… y el vaivén de ansiedades que me asedian cuando soy solo o casi ni soy; y todo ello sin permitir que el uno interfiera en el otro, como hermanos que se odian, o amantes sin más vínculo que la frágil carne que los une, sin poder evitar el caos al que los somete su extenuante debilidad. Con la evidente excepción, está claro, del espacio que me reservo en este “lo que sea” para que mis miedos tampoco acaben en silencios.
Y es por esto que siempre estaré vivo, en conciencia, con la fuerza y
la voluntad necesarias para perseguir incansable un final que se me escapa; y
siempre estuve muerto, en esencia, pues el final soy yo mismo y no me alcanzo a
ver.