miércoles, 1 de julio de 2020

Página de luz



Es la primera vez que escribo en una máquina. Me he visto obligado porque no sé qué demonios ha pasado con mi pluma: juraría que anoche la puse sobre la mesita del comedor, junto a la lámpara; pero también anoche era agosto del noventa y seis, y hoy nieva y el teléfono habla solo.

Me gusta el tacto de mis dedos sobre unas letras fijadas en el espacio y el tiempo, pero no son comparables a la magia de la pluma y los misterios de su ubicación. Tal vez, sedienta de tinta, se arrastre por la casa buscando un pozo de palabras olvidadas; quizás fuera la pieza que le faltaba a un pájaro errante, y ahora vuelan juntos; seguramente, estará prisionera en un cajón en el que el tiempo se detuvo, mientras todo a su alrededor cambia.

Mi nieto acaba de dejarme frente a la máquina con esta página de luz escrita a medias. Dice que lo escribí ayer, y yo le creo aunque no sea mi letra. Entre mis falanges desgastadas y estas teclas mecánicas, ahora escribir se parece a tocar las castañuelas. Recuerdo los bailes en el pueblo como si hubieran sido esta mañana, y el desayuno de esta mañana es un sueño que ha escapado tras el vértigo del despertar repentino. La boca me sabe a café, y el cerebro a frustración.

Mi nieto acaba de dejarme frente a la máquina con esta página de luz escrita a medias. Dice que lo escribí la semana pasada, pero no estoy seguro. El mundo es cada vez más hostil. Mi cabeza me traiciona. La vida es una bruma impenetrable, y encima me han robado la pluma.

Un niñato se ha colado en mi casa y me ha obligado a sentarme frente a la máquina con esta página de luz escrita a medias. Dice que lo escribí hace un par de meses, pero no le creo. Estoy demasiado cansado para estas tonterías.

2 comentarios:

  1. Muy bueno. Una pequeña errata casi al comienzo del tercer párrafo "página de luz escita a medias" eso pone. Un saludo.

    ResponderEliminar