Hay un azul en Marruecos que también viste paredes andaluzas,
sobrevolando el turquesa de las aguas, ha trazado el camino; un azul violeta
que viaja lento entre dos colores, bajo el celeste que cobija y es morada del
sol.
Hay un azul en Marruecos que trabaja las tierras del sur,
diluido en el acero de los avíos, brillante en la frente del campero; un azul
que es presente e historia entre sus calles, recordando que nuestra cultura es
amalgama de colores.
Hay un azul en Marruecos como la palabra exacta, que marca
un instante o defina una vida, que viene a ser lo mismo… Qué tendrá ese azul para ser lágrima que
brota y viento que la arrastra, qué será ese azul para vivir en todas partes…
ah, siempre luz.
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