Es la primera vez que
escribo en una máquina. Me he visto obligado porque no sé qué demonios ha
pasado con mi pluma: juraría que anoche la puse sobre la mesita del comedor,
junto a la lámpara; pero también anoche era agosto del noventa y seis, y hoy
nieva y el teléfono habla solo.
Me gusta el tacto de mis
dedos sobre unas letras fijadas en el espacio y el tiempo, pero no son
comparables a la magia de la pluma y los misterios de su ubicación. Tal vez,
sedienta de tinta, se arrastre por la casa buscando un pozo de palabras
olvidadas; quizás fuera la pieza que le faltaba a un pájaro errante, y ahora
vuelan juntos; seguramente, estará prisionera en un cajón en el que el tiempo
se detuvo, mientras todo a su alrededor cambia.
Mi nieto acaba de dejarme
frente a la máquina con esta página de luz escrita a medias. Dice que lo escribí
ayer, y yo le creo aunque no sea mi letra. Entre mis falanges desgastadas y
estas teclas mecánicas, ahora escribir se parece a tocar las castañuelas. Recuerdo
los bailes en el pueblo como si hubieran sido esta mañana, y el desayuno de
esta mañana es un sueño que ha escapado tras el vértigo del despertar
repentino. La boca me sabe a café, y el cerebro a frustración.
Mi nieto acaba de dejarme
frente a la máquina con esta página de luz escrita a medias. Dice que lo
escribí la semana pasada, pero no estoy seguro. El mundo es cada vez más
hostil. Mi cabeza me traiciona. La vida es una bruma impenetrable, y encima me
han robado la pluma.
Un niñato se ha colado en
mi casa y me ha obligado a sentarme frente a la máquina con esta página de luz
escrita a medias. Dice que lo escribí hace un par de meses, pero no le creo.
Estoy demasiado cansado para estas tonterías.
Muy bueno. Una pequeña errata casi al comienzo del tercer párrafo "página de luz escita a medias" eso pone. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, corregido :)
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